En el marco de un proceso administrativo sancionatorio, se determinó que tanto un importador como una comercializadora de pastillas de frenos son responsables por ingresar este producto al mercado sin contar con un certificado de conformidad que demostrara la seguridad de su uso en vehículos automotores.

Durante la investigación, la importadora argumentó que el producto era una muestra comercial y, por lo tanto, estaba dentro de una de las excepciones contempladas por el regulador para no dar cumplimiento al Reglamento Técnico aplicable. Sin embargo, el despacho del Superintendente Delegado para el Control y Verificación de Reglamentos Técnicos y Metrología Legal analizó las pruebas presentadas y concluyó que, aunque las pastillas de frenos podrían haber sido adquiridas por la importadora como muestras comerciales, perdieron esta condición una vez que fueron vendidas a la comercializadora y puestas a disposición de los consumidores con fines de lucro.