La historia de la odontología y del manejo de materiales dentales se remonta hasta 3500 años antes de Cristo. Gracias a diversos hallazgos funerarios, en los cuales se observan instrumentos y materiales para sanar y reemplazar dientes, sabemos que desde las antiguas civilizaciones etrusca y egipcia se conocen procedimientos dentales y médicos dedicados a labores odontológicas. Ahora bien, desde aquellos tiempos remotos ha existido el deseo de desarrollar técnicas y materiales dentales, pero solo hasta principios del siglo XX se formalizaron los estudios científicos en la materia.

La odontología moderna requiere de materiales dentales que permitan un uso confiable tanto en la clínica como en el laboratorio. Es así que se reconocen materiales preventivos, correctivos, restaurativos, para procesos intermedios, de uso en laboratorio y de uso cosmético. Aun hoy, la odontología y todas sus áreas afines encuentran limitaciones con los materiales disponibles y, algunas veces, dificultad en su consecución o posibilidad de aplicación por los equipos y necesidades técnicas para su uso. Es allí donde las posibilidades y oportunidades se abren para poder desarrollar y fabricar materiales más adecuados, más sencillos y de disponibilidad técnica universal.